“Nos preguntamos el origen y el sentido de la vida. Él es la vida.”

En esta frase que he puesto en el CD y al final del vídeo, se resumen las fundamentales inquietudes del hombre: de dónde venimos y a dónde vamos, y una respuesta.

Y la respuesta que doy es que Dios es el origen de todo: de la creación en general y de cada ser vivo en particular, incluyendo por supuesto a cada hombre, su criatura más preciada. Y además considero que no nos ha creado y dejado abandonados, sino que nos ha acompañado a lo largo de la historia y nos sigue acompañando a cada uno durante nuestra vida.

¿Cómo? En sus tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y a través de los elementos sencillos que nos rodean: el viento, la tierra, el fuego y el agua.

Estos elementos son alegorías de Dios:

  • Dios Padre Creador, a quien podemos reconocer en todo lo que nos rodea y sobre todo en lo grandioso de la naturaleza.

Y dice el estribillo: ¿Quién eres Tú que creaste el Universo,

la tierra y el mar, las aguas y los vientos?

  • Dios Hijo, a quien reconocemos en la tierra, a través de las parábolas del sembrador, de la higuera, y que se hace presente a través del pan y el vino, frutos de la tierra.

Y dice la canción: Donde la tierra nos da la vida yo quiero estar,

tierra labrada en surcos de paz.

Donde el campo recoge el grano

y el grano tira de la verdad.

Donde la tierra nos la vida yo quiero estar.

Y por supuesto en el agua, símbolo del bautismo. Además Jesús nos dice a través del encuentro con la samaritana que Él es el agua viva, que quien beba de su agua nunca más tendrá sed. Y calmó la tempestad. Y lloró al ver muerto a su amigo Lázaro, y cuando le clavaron la lanza en el costado salió sangre y agua.

Y dice la canción: Donde los mares no tienen olas quiero partir

y a un manantial que calme mi sed.

Donde la lluvia lo limpia todo

y el agua ayuda a revivir.

Besar tus lágrimas lo es todo para mí.

  • Dios Espíritu Santo: Nos llega como un soplo y nos dice el Evangelio que se manifestó como lenguas de fuego encima de los apóstoles.

Y dice la canción: Donde la brisa no tiene prisa quiero sentir

ese suspiro, guiño de tu amor.

Donde el viento acaricia todo

y en el aire suena tu voz.

Donde la brisa no tiene prisa quiero sentir.

Donde el calor nunca se enfría para mí,

el fuego enciende siempre el corazón.

Una paloma me trae tu llama,

deja en mi pecho un gran ardor.

Donde el calor nunca se enfría para mí.

Cuando uno es consciente de que la creación es obra de Dios, no se tiene más remedio que cuidarla y reconocer que en cada brizna de hierba, en cada gota de agua, Él está presente. Así, en cada instante de nuestras vidas nos podemos dar  cuenta de que está a nuestro lado.

Concluye el estribillo: “Donde quiera que yo vaya allí estás tú”.

Y podría decir: donde quiera que yo mire, lo que quiera que yo toque, etc., allí está Él.

César Hidalgo

Cantautor Católico

Ver vídeo AQUÍ: https://www.youtube.com/watch?v=MIeJ_AN8-9Y&ab_channel=C%C3%A9sarHidalgo