imagen blog

El Cine: esa “caja mágica” que nos saca durante hora y media de nuestro mundo y nos abre la puerta a otros nuevos donde nos parece que conocemos a los personajes y sus circunstancias hasta el punto de emocionarnos, asustarnos, enfadarnos o incluso…hasta cambiarnos.

Dicen que este pequeño mundo del Séptimo Arte está en declive, que las películas son muy caras… casi tanto como una copa de Gin Tonic, pero la realidad es que desde su invención ninguno hemos logrado escapar de su influencia.

Desde pequeña algunas de las primeras películas que recuerdo que mis padres me ponían para entretenerme en casa fueron La Canción de Bernadette, Capitanes Intrépidos o Siete Novias para Siete Hermanos. Podía pasarme horas y horas frente a la TV, hipnotizada del mismo modo que los niños de ahora se mueven al ritmo de Baby Shark o Pocoyó. Hoy, soy consciente (aunque sinceramente no creo que mis padres lo fuesen) que esas primeras películas “educaron, en cierto modo, mi conciencia”. Ya no buscaba simplemente VER sino también ESCUCHAR grandes historias.

Los Papas se dieron cuenta, desde su inicio, del ENORME PODER DEL CINE. Ya Pio XII en los años 50 dedicó una encíclica a un exhaustivo análisis que, todavía hoy, no puede estar más de actualidad: “Estos medios técnicos -que están, puede decirse, al alcance de cualquiera- ejercitan un extraordinario poder sobre el hombre, conduciendo así al reino de la luz, de lo noble, de lo bello, como a los dominios de las tinieblas y de la depravación» (Miranda Prorsus).

El Cine es Arte, sin duda, pero se rige por su faceta de “Industria” y somos nosotros quienes marcamos su dirección: lo que consumimos con nuestra entrada en las salas, o nuestro “click” en las plataformas se convierte automáticamente en un “voto” de hacia dónde queremos que se dirijan las nuevas tendencias y lo que queremos ver y conocer. ¿O nos hemos dado cuenta de que cuando se estrena una película de superhéroes, de catástrofes naturales o de Ovnis, curiosamente unos meses después llegan a las carteleras otras 3 o 4 de similar temática?.

En Estados Unidos lo han aprendido bien y desde hace unos 5 años, el cine con valores y trasfondo de Fe, ha pasado de ser residual a ocupar los primeros puestos en la cartelera y contar, poco a poco a poco, con cada vez mayor presupuesto. Algunos ejemplos son las películas October Baby, Son Of God o más recientemente la película Unplanned.

En Europa nos queda todavía un largo camino por delante. Sin duda hubo una película nos hizo abrir la mirada: La Pasión de Cristo y desde entonces podemos decir que también aquí ha comenzado una revolución de los valores: La película Bella nos levantó a todos del asiento para defender una causa, La Última Cima nos conquistó el corazón y hoy, podemos presumir en España, de contar con grandes y valientes directores que luchan por “nadar contracorriente” y demostrar que este tipo de cine es posible y hay demanda. La Isla de los Monjes, Converso, Red de Libertad, Pablo el Apóstol de Cristo u Hospitalarios son solo algunos ejemplos de películas que han conquistado a creyentes y no creyentes.

Hay muchas historias que merecen ser contadas, que tienen el poder de transformarnos desde dentro, inspirarnos y empujarnos a ser algo mejores en lo pequeño. Sí, somos tú y yo quiénes decidimos qué es lo que queremos que se produzca: ¿películas sobre narcos y mafiosos… o sobre héroes de carne y hueso, del día a día? Yo, “Preferisco el Paradiso”.

Lucia González-Barandiarán