SOBRE LA PELÍCULA
«Teníamos ganas de contar algo increíble: ¡jamás hubiésemos pensado que un trozo de pan escondiese un misterio tan profundo…y con tanto poder! Hemos convivido con cientos de personas que delante de ese pan blanco, han vivido experiencias liberadoras.
Jesús decía que él da paz: son tantos los que han recibido una paz que no es de este mundo. No se trata de ninguna persuasión: muchos no sabían siquiera qué era ese pan, ni lo que los cristianos creemos: que es el Cuerpo de Cristo Vivo.
Aquí no hay ficción ni actores. Queremos contar historias de hoy. Nos parece que es interesante, muy interesante, para creyentes y no creyentes: a todos nos gusta saber los lugares donde se encuentran poderes especiales, energías sanadoras. Hemos tenido que escoger, y estas son sólo cuatro de las miles de historias anónimas tan apasionantes como desconcertantes con las que nos encontramos semana tras semana. Teníamos que contarlas.»
D. Josepe
El director nos cuenta :
Jorge Pareja
«Aún recuerdo cómo me dedicaba a grabar mis propias historias con la videocámara de mi padre. Una mini VHS, un PC barato, y cientos de tardes imaginando mundos y recreando universos para plasmarlos en una pantalla. Luego, llegaron Jurassic Park y Toy Story, y el CGI y el 3D se convirtió en mi obsesión. La posibilidad de crear personajes fantásticos y héroes y villanos de otros mundos con sólo mis manos y un ordenador, era pura adicción. El grafismo y la edición se fueron acumulando entre mis conocimientos para poder dar rienda suelta a tanto desvarío mental. Después de pasar por distintas productoras cinematográficas, los conocimientos se fueron afianzando. Entre producción y producción, pasé largas temporadas trabajando en tele, pero mantuve intacta mi curiosidad fílmica realizando algunos proyectos paralelos. Seguir viajando a otros mundos a través de un objetivo siempre ha sido mi motor.
En uno de estos viajes, me encontré con un grupo de jóvenes y adultos que, sin saberlo, formarían parte de mí para toda la vida. Junto a ellos aprendí que todavía existen personas que adoran a un Dios de una manera distinta a la que yo había conocido hasta ese momento. Personas que te cuentan, sin miedo ni vergüenza, que aman a ese Dios. Y que lo aman tanto que no pueden dejar de contártelo, porque la felicidad también se contagia. Ese amor que sienten es su droga. Adictiva, pero sanadora y muy pasional.
Durante dos años me han abierto las puertas de su mundo y he podido documentar lo que allí estaba pasando. Todo empezó cuando asistí a la primera Hora Santa y presencié algo que no esperaba. Yo recordaba las misas de mi infancia como algo vacío, artificial y automático. Pero lo que había allí era algo totalmente distinto.
Para mi ha supuesto una experiencia absolutamente enriquecedora conocer a personas que se entregan a los demás, con gran capacidad de sacrificio, generosas y con una sonrisa que nunca se borra.»
Fdo: Jorge Pareja