Yo, Don Ignacio González Rodrigo,
pecador de los arrabales y de,
las compañías a evitar, digo:
que encontrándome necesitado pido.
PRIMERO: que en virtud de todos los años
que te he seguido en tiempo y forma
y no pudiendo calcular el daño
que he causado a su persona,
que en virtud de lo por TI establecido
Ante tus amigos, los llamados «Discipulos»
y no pudiendo acudir a ninguno,
A tu gran Misericordia SUPLICO:
perdones todos mis pecados, (y ese también)
y derrames tu gracia sobre mí, AMÉN
Es una injusticia que pido en Madrid a 23 de marzo de 2020.
Ignacio González Rodrigo.